Entrenamiento de la Imaginación


La representación imaginada de algo que tenemos que realizar es una tendencia espontánea en todo ser humano, sobre todo si se trata de algo difícil.
Se tiende a pensar que existe una continuidad entre la manera de representar un movimiento y la forma de realizarlo. Si la representación del movimiento en el cerebro es inexacta, errónea o inadecuada, la ejecución también lo será y viceversa.
Las investigaciones han corroborado que, cuando un sujeto imagina un movimiento se produce algún tipo de actividad muscular, principalmente en los músculos encargados de llevarlo a cabo.
La imaginación es el primer eslabón que inicia la acción de la musculatura para preparar al deportista para la ejecución.


El entrenamiento en imaginación implica el empleo de todos los sentidos para crear o recrear una experiencia en la mente. Esta definición tiene tres claves:
a) La utilización de todos los sentidos. Aunque el entrenamiento en imaginación está limitado a la visualización, la vista no es el único sentido implicado. El oído, el olfato, el tacto, el gusto y el sentido quinestésico son igualmente importantes (imágenes reales).
b) Recrear o crear experiencias en nuestra mente. Gracias a la imaginación somos capaces de recrear experiencias en la mente, de imitar las acciones de otros, de crear eventos nuevos, de construir una imagen de todo aquello que elijamos.
c) Construcción de una verdadera máquina mental capaz de recrear cualquier experiencia o situación que se le proponga.

Los psicólogos del deporte han planteado dos teorías para tratar de explicar el fenómeno de la imaginación:
1) La teoría Psiconeuromuscular. Cuando el atleta imagina los movimientos sin ponerlos en práctica, el cerebro transmite impulsos similares a los que tienen lugar en la situación real. El vivir sucesos en la imaginación genera una inervación en nuestros músculos similar a la producida por la verdadera ejecución física del evento, si bien la actividad muscular es mucho menor en el transcurso del proceso imaginativo que en el movimiento real.
2) La teoría del Aprendizaje Simbólico. La imaginación facilita la ejecución al ayudar a los sujetos a representarse o codificar sus movimientos en forma simbólica –plan o mapa del movimiento-, de manera que la ejecución de los mismos se hace más familiar y automática.

Existen cuatro fases para el establecimiento de un programa en imaginación:
A) Convencer a los atletas de la importancia del uso de la imaginación (la imaginación sólo funciona cuando crees en ella).
B) Evaluar la capacidad de imaginación de los atletas (realizar algunos ejercicios básicos o utilizar el Cuestionario de Imaginación para el Deporte de Martens, 1982).
C) Entrenar a los deportistas en las destrezas básicas de la imaginación. El entrenamiento incluye tres tipos de ejercicios: desarrollo de imágenes nítidas, control sobre las imágenes y autopercepciones de la ejecución).
D) Instaurar un programa sistemático de práctica de imaginación que incluya ejercicios básicos de nitidez, controlabilidad y autopercepción. 

Un entrenamiento donde se puede utilizar esta técnica es en la última sesión que se realiza antes de un campeonato, suele ser de tiro y ya en la pista donde se va a competir.
Nos puede servir para preparar algo que se va a hacer, para repasar habilidades motrices, corregirlas, visualizando desde fuera, como visionando una pantalla, y posteriormente haciéndolo uno mismo.
Los jugadores deben crear una imagen mental e incluso aplicar todos los sentidos, reproducir mentalmente situaciones reales, tienen que ser imágenes que podemos manipular. Debemos visualizar con técnicas de relajación que somos capaces de hacerlo e incluso recordar experiencias que hayan vivido.
El entrenador debe ayudar a aumentar la confianza.
Realizaremos un ejemplo con el tiro libre, ya que es una situación cerrada muy concreta y fácil de aplicar la visualización.
En primer lugar y fundamental a la hora de realizar una sesión de visualización, es el hecho de que antes que nada hemos de relajar a nuestros deportistas a través de alguna de las técnicas de relajación.
Una vez realizada una sesión breve de relajación, comenzaremos con la visualización. Al igual que con la relajación la visualización se realizará con un tono de voz adecuado, e intentando introducir lo máximo posible al jugador en la situación, dándole muchos detalles y sobre todo intentando que la secuencia en relación al tiempo sea la real.
- Imagina que estás en la pista de baloncesto...
- Escucha el público, los jugadores, el sonido del marcador...
- Mira a un lado y observa la gente en el banquillo..., los árbitros..., los jugadores en la pista..., tu entrenador...
- Imagina que acaban de hacerte una personal y tienes que lanzar un tiro libre...
- Te acercas lentamente a la línea de tiro..., respiras profundamente dos o tres veces para relajarte...
- Te sitúas en el cajón de tiro...
- El árbitro te da la pelota... Nota tus manos sobre ella... su tacto...las líneas de la pelota...
- Mientras botas la pelota ajustas tu cuerpo respirando...y nota como tu cuerpo se relaja
- Miras a la canasta...
- Y suavemente lanzas.....
- Observa como la pelota entra en la canasta y consigues el punto.
Es muy importante que cuando el jugador visualice una acción, el resultado de la misma sea positivo. No tiene sentido visualizar errores, ya que lo que nos interesa será la ejecución correcta del tiro.

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