Los sábados por la mañana todos los clubes nos encontramos con el problema de que hay que pitar los partidos de los peques. No tendría que ser un problema pero el publico hace que lo sea.
Por motivos de falta de árbitros en la federación, los entrenadores de los clubes locales tenemos una nueva función, hacer de árbitros y anotadores.
Desde arriba parece todo fácil pero no lo es, y el que no se lo crea que lo pruebe un día.
Los árbitros tienen que pitar todo lo que ven los padres, los pasos, dobles, las faltas sin dejarse nada, algo que es imposible, a esta edad tenemos que dejar que los niños jueguen por lo que solo se tiene que pitar lo importante y descarado, ya que ademas los jugadores defienden con las manos y no conoce el principio del cilindro corporal y si se pitasen todos los contactos, el arbitro tendría que acabar jugando el solo en la pista.
En estas categorías los árbitros son educadores en la pista y la afición no debe olvidarse tampoco de la educación de sus hijos, por lo que deben dar ejemplo y enseñar los valores del deporte, compañerismo, respeto por el arbitro, rivales, compañeros, etc...
Y el anotador, del que se quejan si no para el tiempo en la décima de segundo correspondiente, si no levanta el banderín cuando toca, si no mueve la flecha de la alternancia, si no levanta el numero de la falta, si tarda en poner los puntos en el marcador... Y sin tener en cuenta que también esta haciendo un acta, cosa muy difícil, basta intentar leerla ya rellenada.
Por ello, valoremos el trabajo que hacen estos entrenadores desinteresadamente y demos les las gracias por perder su tiempo libre un sábado por la mañana y venir a arbitrar el partido de nuestros hijos.
Clubes, padres, entrenadores, directivos, jugadores... Trabajemos juntos para y por nuestro baloncesto y no nos tiremos piedras unos a otros.
Efectivamente. Si se utilizara un poco más el sentido común, por parte de los padres sobre todo.
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