INSTRUMENTOS DE APRECIACIÓN Y DE VERIFICACIÓN PARA SU IMPLANTACIÓN EN LAS SECUENCIAS EVALUATIVAS


En Educación física podemos hablar fundamentalmente de dos grandes tipos de evaluación: subjetiva y objetiva; y de dos técnicas de medición: cuantitativas y cualitativas.
La evaluación subjetiva es aquella que depende de forma prioritaria del juicio del profesor y se basa generalmente en su experiencia personal, que puede verse influenciada por factores emocionales.
La evaluación objetiva es la que resulta de la utilización de las pruebas mensurables previamente elaboradas.
Se considera técnica cuantitativa aquella que se basa en una escala de medida física que permite cuantificar, de manera absoluta, una característica particular de la entidad evaluada.
Las técnicas de medición cuantitativas conducen siempre a resultados cuantitativos; éstos pueden expresarse posteriormente mediante una escala cualitativa como, por ejemplo: insuficiente, suficiente, bien, notable, excelente. Las técnicas cualitativas, por su parte, pueden conducir a resultados cuantitativos o cualitativos, pues la escala elegida no hace más que reflejar el pensamiento del examinador.

Tipos de los instrumentos:
Observación directa: Constituida por las impresiones personales del profesor respecto al alumno. Estudia al educando como sujeto activo de su formación durante el proceso educativo. Este método intenta referir detalladamente la conducta de los alumnos en circunstancias que se presentan de un modo casi natural. Los factores para cuya evaluación el instrumento básico es la observación del profesor son el ámbito afectivo y el ámbito motor.
Registro anecdótico: Consiste en una breve descripción de algún comportamiento que pudiera parecer importante para la evaluación: se anotan con detalle diversos acontecimientos que parecen significativos al profesor. Atendiendo a estas anécdotas, y valorando su frecuencia y motivos, el profesor realiza un juicio del individuo en relación con algún aspecto a trabajar en la sesión que se está realizando. Cada incidencia que se anote debe venir acompañada de una breve interpretación formulada por el observador.
Observación indirecta
Lista de control
Series de frases que expresan conductas positivas o negativas, secuencias de acciones, etc., ante las cuales el examinador señalará su ausencia o su presencia, como resultado de su atenta observación. Ponen de manifiesto la aparición o no de una capacidad, habilidad o rendimiento, y por tanto pueden reducirse a acciones muy específicas.
Una lista de control claramente diseñada, y simplificada al nivel de entendimiento de los alumnos, puede ser utilizada en situaciones de evaluación recíproca. De esta manera se podrán realizar múltiples observaciones vinculando al alumno en el proceso de aprendizaje observación interpretación.
Tipos de listas de control:
1. Progresivas: Cada frase va superando a la anterior en complejidad o evolución de los factores a medir. Su valoración viene dada por el lugar al que es capaz de llegar el sujeto. Según se progresa se avanza en la lista.
2. Descriptivas: Describen los diferentes factores de los que se compone la actividad a observar. Se pueden lograr unos u otros independientemente del orden que ocupan.
Escalas de clasificación
Superan la eficacia de las listas de control porque exigen que el profesor que observa no se fije sólo en la realización u omisión de una tarea, sino que además ha de valorar esa operación emitiendo un juicio. Las escalas permiten situar al individuo en relación con el grado de desarrollo del comportamiento o de la característica buscada. Se utilizan como control del aprendizaje o como evaluación del rendimiento, aunque pueden confeccionarse escalas para la observación de conductas del ámbito afectivo‐social.
Podemos distinguir entre escala ordinal o cualitativa, escala numérica, escala gráfica y escala descriptiva.
Escala ordinal o cualitativa: No poseen ni mínimo ni máximo, los intervalos no tienen la misma dimensión. Se utilizan para ordenar a los alumnos según la prueba.  Para que su uso proporcione informaciones fiables deberá indicarse muy claramente qué se entiende por cada elemento de la escala.
Escalas numéricas: Poseen un 0 y un 10 y los intervalos son idénticos. Su carácter numérico facilita la calificación. Se aplican a conductas que permiten medición: distancia, número de repeticiones o tiempo invertido.
Escalas Descriptivas: Breves descripciones en forma muy concisa y exacta sobre el rasgo observado. El profesor señala la posición del alumno con relación a la descripción de ese rasgo. Su utilización en situaciones de evaluación reciproca puede plantear dificultades si no se simplifican las descripciones pata evitar interpretaciones dispares. Persiguen reducir la subjetividad al juzgar comportamientos complejos difíciles de evaluar por procedimientos a mayor dificultad al elaborar la escala es la descripción, con la mayor delimitación posible de las conductas y que esta descripción sea representativa de las conductas reales del sujeto.
Escalas Gráficas: El profesor señala en una gráfica el grado en que se encuentra según sus observaciones el rasgo de la conducta que pretende evaluar. El rasgo o característica es seguido por una línea horizontal sobre la cual se señala la categoría advertida por el observador. Generalmente son empleadas para la evaluación de las actitudes ya sea en el ámbito afectivo‐personal, como en el ámbito social‐relacional
Criterio de evaluación
Observación indirecta: Se trata de observar y registrar hechos que suceden en situaciones reales, esto es, sin alterar el comportamiento del individuo. Requieren categorías y parámetros elaborados a priori que, en forma de planillas, permiten ir registrando las manifestaciones o comportamientos que se pretende evaluar (generalmente de forma cuantitativa, es decir, número de comportamientos).
Registro de acontecimientos: Es la técnica de observación más objetiva. Las planillas utilizadas en el deporte para anotar datos estadísticos de un jugador constituyen el ejemplo más difundido. En ellas se registra el comportamiento predefinido cada vez que este aparece.
Cronometraje: Se cronometra la duración de cada comportamiento. Se trata de determinar el tiempo durante el cual el profesor o alumno presenta o realiza la actividad.
Muestreo de tiempo: Durante un período de tiempo corto y previamente fijado, el observador comprueba si el comportamiento definido se verifica al término de cada uno de los periodos de observación.
Registro de intervalos: Se asemeja bastante al ya referido muestreo de tiempo. En lugar de comprobar al final del período de observación si se ha verificado el comportamiento, basta con que aparezca una sola vez durante el período de observación para tomarlo en cuenta y registrarlo. Esta técnica permite una observación válida, objetiva y fiable.

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